El arroz de mi infancia
El arroz de mi infancia
Desperté salivando por un
delicioso arroz, pero no por cualquier
arroz…quería que fuese como el que mi padre preparaba...cuando remangaba su camisa y entraba en la faena
de enjuagar los granos, para acto seguido dejarlos secar sobre un paño
inmaculado, tiempo en que preparaba un sabroso pre frito tarareando sus
milongas preferidas…mm…rememorar aquella rutina, me hizo regresar a cualquier
domingo de mi infancia, donde la mesa respiraba satisfecha, porque nadie ese bendecido
día; discutía para comer…
Pero volví en mi, y también me
remangué para comenzar la preparación, Carlos Gardel y su “Milonga sentimental”
acompañaron mi cocina, no me di cuenta como mis lágrimas estaban sazonando aquellos
granos, porque la imagen de mi chef favorito insistía en bailar conmigo…
Me habían contado que en su juventud
mi viejo era fiestero, que bebía y fumaba, pero el que yo recuerdo no salía de
casa, hacía pan, cocinaba rico y lavaba mi ropa igual que a mi, con previo
remojo, para restregarme después. Su camisa remangada era símbolo de alegría y
fin de semana, contrario a su vestimenta formal de trabajo y distancia..
…y llegó el momento de servir mi
plato con tal exquisita ambrosía, me senté junto a la ventana apreciando la lluvia…degusté
mi deseo con paciencia, no era gravitante con qué lo acompañara, pues el plato
principal era arroz con:…,no carne con arroz, y aunque hoy en día no puedo saborear
esa mies tan a menudo, creo que eso está muy bien porque ayuda a mi corazón a
no constreñirse tan seguido.
Comentarios
Publicar un comentario