Mis libros de auto ayuda

 




_¡Has estado toda la tarde de mal humor Magda!. ¡¿Cuál es tu problema?!_ 

_Lo siento madre... La verdad es que  mi mente y mi corazón no están de acuerdo desde la primera clase del taller de escritura. Nuestro profesor ha dicho que leer libros de auto ayuda es una pésima opción para convertirse en un buen escritor,  porque no deja opciones  para tener una buena crítica.

_No opino lo mismo._Contestó Nora ensimismada en su teléfono celular...  

¡¿Madre cómo puedes pedirme que te explique lo que me pasa, si tú misma no prestas atención...?!

Es que no encuentro que sea un gran conflicto hija. Es fácil...hablas con él y le explicas lo que realmente piensas...porque eso sí lo sabes ¿verdad?

Claro que sí, solo que creo que yo soy alumna...estoy ahí para aprender...,y encuentro una falta de respeto no aceptar su criterio recién comenzando las clases. Pero tienes razón, le hablaré mañana.

Magda repasó  ciertos hechos en su vida, que la habían llevado a preferir en alguna época los libros de auto ayuda, por encontrar en ellos valiosos puntos de vista que la llevaron a cambiar muchas ideas equivocadas en las cuales había estado basando su vida y viendo lo confundida que estaba respecto a la opinión del maestro, reconocía que aún le faltaba trabajar el miedo a defender sus ideas y a la vez no sentirse mal, con esa inoportuna empatía que siempre la limitaba, pero aún así al otro día, se animó a decirle al maestro.

_Profesor ¿podría darme un tiempo para conversar por favor?_ Dijo Magda, sin dar movimiento a su carpeta azul, de tan ajustados que tenía los brazos sobre ella.

_¡Claro que sí Magda!._ Respondió él con animosa actitud.

_Profesor, quiero decirle que no estoy de acuerdo con la opinión que usted tiene respecto a los libros de auto ayuda, porque yo encuentro que son formidables,  cooperan para que una persona  se supera a sí misma, puedo encontrar múltiples  ideas en ellos, para hacerme infinidad de auto críticas._

_Creo que exageras con eso Magda. Leer literatura de los clásicos es la mejor opción para un aprendiz de escritor. ¡Auto ayuda no sirve para nada!_

_Profesor mire...yo no estoy diciendo que los clásicos no sean buena lectura, sólo refiero que a mi me gustan aquellos libros que usted menosprecia. Pasé mucho tiempo leyendo esa clase de libros extrayéndoles cuantiosos  apuntes, apuntes que hasta el día de hoy aplico en mi y que además me sirven para dar vida a mis personajes, que dicho sea de paso, usted ha dicho que se me dan muy bien  los diálogos con mujeres, y eso es porque en cada página leída , la psicología humana se me hacía más comprensible... Cada libro  me ayuda a ser una mejor versión de mi misma... No he sido sincera con usted al no expresar lo que pensaba desde la primera clase, por respeto a sus años de experiencia, pero la verdad es que en ese aspecto,  lo he percibido  de mente cerrada, polarizado entre lo bueno y lo malo, desechando literatura que quizás usted no ha tenido la voluntad de aplicar en sí mismo, porque es un reto hacerlo, sabe_

_Magda, ¿ves como mi opinión ha causado una reacción en ti?_ Respondió Jorge sonriendo y peinándose su blanca barba, muy alejado de la versión de su alumna. Y ella recordó aquello aprendido en clases de que un escritor debía ser disruptivo.

_Viéndolo de esa forma, sí lo ha hecho profesor_ Respondió Magda ya un poco más relajada y continuó_  ¿Sabe? agradezco la oportunidad de contar con su clase, y creo que sí puedo aceptar que usted niegue que esos libros sean literatura, pero solo porque ya le manifesté que son mi lectura preferida. Muchas gracias por su atención..._ Magda se dio la vuelta pero se entusiasmó verbalizando cierta impresión guardada en su mente_¡Ah! quiero decirle además que no me pareció cuando en la ceremonia del otro día, una alumna le habló como si los años de experiencia no fueran importantes. Mi mente dijo: !Cállate muchacha y aprende! Está claro que a algunas personas les falta leer un poco de aquellos libros desdeñados.

Fin

Mirna Rudolph

Lago Ranco

Chile

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