El cetro de su poder interno


El hombre o mujer solo racionales, tarde o temprano deambulan con un vacío existencial. Un propósito en la vida parece ser el motor de empuje para el ser humano porque; qué nos mueve a vivir cada día, es acaso en lo particular el amor a mi misma, a los hijos, a los proyectos de vida, al cuidado de otros, a hacer dinero, tener éxito etc, o también es en lo macro el dejar algún legado que evidencie que mi paso por éste mundo sirvió de algo, un aporte más allá de lo ordinario, algo verdaderamente virtuoso, casi invisible o majestuoso, que diga que hice lo que tenía que hacer, y que lo hice bien. 
Lo cierto es que todo esa fuerza alentadora siempre llama desde el interior, corazón adentro diría yo...y si no lo atendemos, nuestro cuerpo lo evidencia, la vida se vuelve una carga, puesto que se ha ignorado al espíritu.
Quizás no sea ninguna de las anteriores, quizás la vida se haya hecho al azar y las lágrimas sean innecesarias cuando tanta lógica nos dé contra la pared, pero no lo creo; tanta perfección creada está llena de  una conciencia superior que decidió amasarnos con polvo de estrellas y un propósito mayor.       
 
El cetro de su poder interno
el hombre común no ha reconocido
venido de un andar gallardo y esplendoroso
peca de indigno y avanza rastrero.
Poca realeza se aprecia en su voz
...por la mucha necedad 
abrazada a su mente.
Mi observancia diminuta
ve en el ser erguido 
una colonia de pensamientos fracasados
que siguen haciendo transpirar su frente.
Todo sigue como ayer
los astutos reinan
y los demás existen.
Si somos el fruto de la experimentación
dónde nos lleva la vieja necesidad 
de servir al creador.
Mujer y hombre
más todo ser vivo a su disposición
abren los ojos sin brújula
pocos toman lo que necesitan
muchos reciben lo que ordenan
sin conciencia, sin instrucción.
 
Mirna Rudolph
Lago Ranco 
Chile

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