Desde que vivo como una rosa

Cristina llevaba tanto tiempo imaginando el diseño de su jardín. Tenía varias flores desorganizadas, muchas que debían ser trasplantadas y bastantes semillas a las cuales prepararles cobijo. _¿Por qué estás tan pensativa?_ Preguntó Jorge mientras se sentaba un rato al sol. Cristina sin encontrar la razón de su indecisión, le contestó un tanto decepcionada que no había podido comprender, por qué si anhelaba tanto ver el jardín hermoso, no comenzaba de una vez con la labor... _¿Y si solo comienzas y dejas de pensar tanto?_ Quizás su hermano tenía razón...la indecisión era siempre la suma de todos los pensamientos que buscaban controlar que todo quedara perfecto y no perder dinero ni esfuerzos en vano. Hasta llegó a pensar que si las semillas se secaban o podrían, sería solo porque ella no puso suficiente empeño y amor. Cuando Jorge se retiró, la idea de comenzar dejó de ser una idea para dar inicio a la preparación de la tierra. Cristina imaginó que la tierra era como su mente, y se dejó...