Me he aturdido con el baile
A veces se nos hace tan difícil disfrutar de nuestra felicidad, sentimos que no la merecemos o que debemos conformarnos porque otros sufren en demasía.
¿Qué se puede hacer si la balanza se nos inclina demasiado?...Concluyo que consciencia, ni tanta alegría que parezcamos necios, ni tanta congoja que nos deje sin chispa, porque podemos ser una especie de péndulo sin cabeza.
Si encuentro que alguien está triste...¡Por favor! de qué sirve que llore con él o ella y que vuelva a mi hogar sin fuerzas para los míos y lo que es peor, sin ánimo para mí.
Crecí oyendo muchas recomendaciones sobre el amor al prójimo, pero después descubrí que aquel mandamiento proseguía diciendo "como a ti mismo"...y como ése a ti mismo, se nos olvida...desde la desmemoria, no podemos ver el equilibrio de la vida.
Me he aturdido con el baile, en un trance provocado por
un canto que no entiendo.
Coja la tierra atenta mis restos mojados con sudor feliz y
orgulloso, después de bailar inconsciente...protegiendo mi
alegría, escapando del aliento de un mendigo que me
alcanzó en el estero, cuando el rascaba sus piojos y
mordía pan junto a sus perros.
Aquel espíritu me rozó, y me perdí...ni siquiera me
encuentro para conversar ausente.
¡Vuelvo a rayar una cruz para sepultar lo escrito!
Necesito el propósito real para tanta historia distinta,
confirmar que ésta alegría es mía y que no la robé a ningún
hombre del estero!.
Quiero por fin morir bailando o tener el coraje de sentarme
con él y sus perros, a mordisquear pan mirando el suelo
Mirna Rudolph
Lago Ranco
Chile
Comentarios
Publicar un comentario