Cuando la música es mía

 

                        

Cuando encontramos la música que nos inspira, lo sabemos al instante; pues nuestra  piel no se equivoca. En cada vida que cursemos y nos topemos con su armonía, la recordaremos como si fuese el aroma de una exquisita comida.

Una música como el rock metal sinfónico que removió mi esencia y movió mi sangre a escribir nuevamente, como si fuese el ángel encargado de recordarme mi deber en ésta vida, es un amor eterno.

La música y el canto que desde la antigüedad han acompañado al ser humano, lo han vuelto  e interesante porque son la sal y el azúcar de la vida. Esos sabores que alcanzaron mi corazón y remecieron  mi mente para conectarme con mi esencia...lejos de problemas, de la gravedad de la vida, de la falta de entusiasmo y pesimismo instaurado...

Sé que con alegría se realiza el ser humano, y que con vigor y coraje, realiza proezas que le dan sentido a su vida; por lo tanto, horas y horas de escritura junto a mis grupos preferidos hacen que mi corazón se transforme y se inflame de amor y agradecimiento.

El rock metal sinfónico es un trabajo espléndido, sin edad para su escucha, el cual es capaz de enrostrarnos lo claro oscuro de nuestro existir.

Cuando la música es mía 

sonido y ser interno

nos eclipsamos.

Elijo:

la turbación de mis armónicos

para acariciar lo incorpóreo

captar el ritmo de otros

y comer el hambre de los distante.

¡Protesto hasta el grito

y me entrego hasta el sacrificio!

para luego destilar como agua miel

...en la otra entrega

la del amor adherida al átomo.

¡Acciono al éxtasis o al delirio

me espolvoreo al universo resonante

y mudo de nacimiento

para existir aquí y en todo lugar

reclamando y comprendiendo siempre

con un alarido en el astral de mis manos!.

...Retorno de síncope

para sentir la unisonancia

de mi sangre rebelde y tierna

para reflejar sentimientos 

nuevos y eternos

y concebirme en preciosa armonía

desde el mismo silencio antes del verbo.

 Mirna Rudolph

Lago Ranco

Chile