La propuesta de Alicia

Debido a una propuesta que mi amiga Alicia tenía para mi, quedamos en encontrarnos en una cafetería ubicada en cierta esquina de la plaza de Osorno. Llegué temprano a la cita y me acomodé con vista al exterior. El día primaveral hacía burbujear las calles de tanto transeúnte festivo, y en aquel trance de gente yendo y viniendo comencé a recordar cuando Alicia y yo nos conocimos, allá por los años 80 y no pude evitar fantasear con la propuesta que dio motivo a la invitación. De pronto la veo venir con uno de sus característicos atuendos de falda larga y botines, complementado con un peinado al descuido. Levantó la mano para saludarme a viva voz en cuanto entró al local _¡¿Amiga Berta cómo has estado?!_ Nos ofrendamos un caluroso abrazo. Y continuó exclamando: _Muy acogedor el lugar amiga, pero olvidaste algo importante: ¡Necesito fumar!_ Entre risas y elogios de inmediato fuimos al área de fumadores. A mi no me importaba que ella fumara en demasía y a ella tampoco...