Los jóvenes en las drogas y el alcohol
Diariamente nos nutrimos con sales y especias de una vida infatigable, nos allegamos a los sabores dulces de experiencias pasadas buscando el consuelo que la tecnología no le otorga a nuestra casa divina. Para algunos el dolor del prójimo expele un sabor amargo y agrio; que no es muy distinto al propio...Para otros el mal sabor es persistente en el tiempo y hasta nauseabundo...Tratar de quitar ese sensación a comida rancia de la boca del otro, es un clamor que desemboca en oración y deseos de arreglar el mundo pero no llega muy lejos nuestra buena intención, porque las fuerzas emocionales se debilitan por el propio ego, y no logramos cantar victoria; nos queda claro que la única solución es el trabajo en equipo. Los jóvenes han estado envueltos en el sabor agridulce de las drogas y el alcohol por años y años, constantemente me digo que ellos tenían buenas ideas, que tenían sueños, virtudes, talentos, y una misión que cumplir...¿Acaso podría ser dominarse a sí mismos y gobernar su propi...